Trabajé en diferentes empresas, siempre alemanas, hasta que entré en una empresa nacional del sector de la moda.
¡Fue un momentazo! Cada día iba contenta a trabajar. Mis tareas, mis compañeros, mis jefes, TODO era genial, hasta que en 2015 nació mi primer hijo.
La verdad es que yo no sabía muy bien dónde me metía… El primer año de su vida resultó ser muy duro para mí.
Cuando me reincorporé al trabajo, sentí que estaba perdiendo mi tiempo. De pronto, MI tiempo ¡era importantísimo! No quería perderme cosas que me importaban y quería dedicar tiempo a las cosas que me gustaban.
Cuando salió la oportunidad, 2 años más tarde, me fui. Mi trabajo se convirtió en encontrar mi ikigai, saber a qué quería dedicar mi tiempo y disfrutar de mi vida.